Parece que no, pero el tiempo vuela. Ya estamos entrando en el invierno y hace poco se cumplió un año desde que el despacho de Criminología DACRIM, empezó su andadura.
No puedo exponer aquí todo lo que he aprendido desde entonces, pero lo cierto es que trabajar junto al equipo de criminólogos de este proyecto de emprendimiento, me ha ayudado tanto a detectar cosas a mejorar en mi manera de trabajar, como a conocer mejor mis puntos fuertes.
Aunque el desarrollo de los proyectos que estamos desarrollando va despacio y hay que tener paciencia, poco a poco se van viendo los resultados de tantos meses de trabajo. ¡La constancia tiene sus frutos!
Nuestro primer caso como equipo nos ha brindado una oportunidad única para aplicar la Criminología a la vida real, y aunque el juicio se ha demorado hasta principios del año que viene (que por suerte, está al caer), no hemos dejado de avanzar con varios proyectos al mismo tiempo, lo cual nos ha permitido dinamizar nuestro trabajo y no quedarnos parados.
Increíblemente, el hecho de ser constante con el blog durante ya casi dos años, y el hecho de escribir artículos regularmente, me ha ayudado mucho este año en el despacho, porque he visto como esas habilidades se trasladaban a otros terrenos. Por otro lado, la experiencia que he intentado ganar desde que decidí emprender, desarrollando por mi cuenta trabajos de campo o pequeñas investigaciones, me ha venido de perlas para desarrollar algunos de los proyectos de DACRIM (por ejemplo, en el prometedor Departamento de Criminología Ambiental).
Vale, ¿y qué se puede hacer para compartir todo lo aprendido de una manera práctica? Pues algo como esto:
Aunque creo que desde hace algún tiempo puedo enseñar ciertas cosas como criminóloga, no me he sentido lo suficientemente cómoda como para dar lecciones a nadie porque considero que no hay nada mejor que tener experiencia práctica en aquello que se quiere exponer.
Mis pequeños trabajos de campo (que sigo desarrollando en el poco tiempo libre del que dispongo), están muy bien para el enriquecimiento personal o para la mejora de ciertas habilidades que, como ya he comprobado, vienen estupendamente para desarrollar después proyectos más ambiciosos, pero no creo que constituyan per se materia digna de enseñarse a otros.
Sin embargo, cuando esos proyectos alcanzan cotas más altas, llegan a gente a la que literalmente pueden cambiar la vida, o se transforman en un trabajo dentro del entorno profesional, la cosa cambia. Y es precisamente eso lo que queremos hacer en DACRIM: trasladar todo un año de experiencia a un curso de Criminología Clínica que otros profesionales como nosotros puedan aplicar.
Algunas personas nos dijeron a principios de 2015, que sin formación no saldríamos adelante o que era necesario para darnos a conocer, pero nosotros quisimos hacer las cosas a nuestra manera y no ofertar ningún curso hasta tener una base bien asentada sobre la que trabajar, así como cierto rodaje para poder transmitir los conocimientos adquiridos.
Me enorgullece mucho poder transmitir lo que he aprendido porque creo que además, va a sorprender a mucha gente… Aunque para eso habrá que esperar un poco más, y sobretodo, contestar a una pegunta:
¿Qué te gustaría aprender del equipo de DACRIM?
Hemos lanzado esta pregunta en un cuestionario informativo a través de nuestra web, para que el curso, no sólo sea práctico, sino también participativo desde el principio, y que sean los propios futuros interesados en inscribirse, los que nos digan lo que esperan de él y la experiencia que quieren llevarse a casa tras asistir.
Tendremos en cuenta todas las respuestas recibidas para confeccionar el contenido, y hacerlo lo más ameno y útil posible.
¡Os animo a participar! Yo estoy deseando compartir todo lo que pueda con aquellos que quieran emprender este viaje con nosotros, pero para ello, lo más importante es que primero les escuchemos 😉
¡Felices Fiestas a todos por adelantado!