Por qué las estadísticas oficiales de criminalidad no reflejan la realidad

Hace mucho que no publico por aquí. Últimamente he estado más activa en Twitter, aunque reconozco que no me siento como en este espacio, donde se puede escribir más libre y calmadamente. Esto es más importante aún si hay que puntualizar la exposición de temas que pueden suscitar cualquier tipo de polémica (aunque, siendo sinceros ¿qué tema está libre de esto actualmente?). Hoy os traigo una breve reflexión acerca de por qué las estadísticas oficiales de criminalidad no reflejan la realidad. ¡Vamos allá!

Por qué las estadísticas oficiales de criminalidad no reflejan la realidad

Para empezar, las estadísticas criminales que se confeccionan en España pueden ser útiles para la Administración, pero no tanto para la criminología. El principal motivo de esto es que no representan una medición exacta de la criminalidad, porque existe un vacío entre la criminalidad oficial y la criminalidad real. Los criminólogos nos referimos a este vacío como cifra negra o cifra oscura, que es como llamamos a los delitos cometidos que no se detectan, no se denuncian o no se registran. La criminalidad oficial siempre será una parte de la real, pero la cantidad de esta última seguirá siendo una incógnita.

Es un error llegar a conclusiones asumiendo que las estadísticas oficiales representan la totalidad de la delincuencia. La mayoría de los criminólogos sabemos de este error y somos plenamente conscientes de los problemas que plantean las actuales estadísticas oficiales de criminalidad. A grandes rasgos:

• Son deficientes por la manera en que se recogen, recopilan y procesan.
• Son inexactas, porque contienen errores involuntarios de las diferentes fuentes que proporcionan datos (cuando no falsificaciones deliberadas).
• Son poco útiles, porque están lejos de representar la criminalidad real (cifra negra).
• Son inestables, porque los cambios de prácticas a lo largo del tiempo limitan su valor.

Respecto a este último punto, cabe destacar las fluctuaciones artificiales que tienen lugar, por ejemplo, en año electoral (aunque quizá estén presentes gran parte de las legislaturas y se acentúen en ciertos periodos clave). Estas fluctuaciones pueden hacer subir o bajar las estadísticas o tendencias de la criminalidad a conveniencia, aún cuando los delitos estudiados no hayan experimentado ningún cambio real.

¿A qué se deben las fluctuaciones en las estadísticas de criminalidad?

• Cambios en la cifra oscura (se pone empeño en descubrir un poco más de la misma cuando interesa).
• Modificaciones estructurales que afectan a la cantidad de efectivos policiales o fuentes informantes.
• Variaciones en la eficiencia y efectividad policial.
• Cambios en el nivel de tolerancia y actitud de la policía y la sociedad.
• Modificaciones legislativas que afectan a lo que se define como delito.
• Cambios en el nivel de ejecución de ciertas leyes.
• Variaciones del nivel de confianza de la sociedad en la policía, la ley, las instituciones de justicia,…

Tipos de estadísticas de criminalidad

Ahora bien, las estadísticas de criminalidad en España pueden ser policiales, judiciales y penitenciarias, y todas tienen sus propias limitaciones:

• Las estadísticas policiales solo recogen los delitos detectados, denunciados y registrados.
• Las estadísticas judiciales (que pueden ser de tribunales y fiscalía) solo se centran en las personas que han sido arrestadas, a las que tienen cargos porque han sido imputadas (o, como se dice ahora, investigadas) o han sido juzgadas.
• Las estadísticas penitenciarias se reducen a los delincuentes, es decir, a los que han sido sentenciados con pena de privación de libertad y han ingresado en prisión.

Estos dos últimos tipos de estadísticas (judiciales y penitenciarias) tienen una utilidad mínima a la hora de cuantificar la criminalidad en España, porque representan una ínfima parte del total de delitos y delincuentes. Además, estos datos dependen totalmente de la rigurosidad y exactitud de las diferentes etapas del sistema procesal-penal; la calidad de dichas estadísticas es un factor dependiente de las limitaciones y tendencias ideológicas de cada una de esas etapas.

Otro problema de las estadísticas criminales (además de no tener en cuenta la cifra negra) es que sus cifras están totalmente desconectadas de la gravedad y etiología de los delitos, así como de otros factores identificados por la criminología por medio de sus investigaciones. Algunos de estos factores están positiva o negativamente asociados a los altos o bajos porcentajes de criminalidad.

Conclusión

Podría concluir que, mientras las estadísticas oficiales de criminalidad sigan basándose en la clasificación legal de los delitos en lugar de en la criminológica, seguirán teniendo una utilidad limitada para los criminólogos y el resto de científicos sociales y, por tanto, para la sociedad. Para corregir esto habría que reagrupar y reclasificar los delitos en categorías más o menos homogéneas, de acuerdo con los criterios de la criminología.

Otro día si queréis hablamos de métodos para acercarnos a la cifra negra, que es un tema de gran utilidad social que deberíamos abordar los criminólogos. ¡Gracias por leer!

Bibliografía consultada:

Diez Ripollés, J.L. y Cerezo Domínguez, A. (2001). “Los problemas de la investigación empírica en criminología: la situación actual”. Tirant lo Blanch.

Fattah, E. (1991). “Comprendiendo la victimización delictiva: introducción a la victimología teórica”. Prentice Hall.

Gassin, R. (1998). “Criminología”. Cuarta edición. Dalloz.

Oficina de las Naciones Unidas contra la droga y el delito (2010). “Manual de instrucciones para la evaluación de la justicia penal”.

Sarmiento-Marín de León, J. (2014). “Manual básico de criminología científica: propedéutica y metodología teórica y prospectiva”. EIPC. 

Sellin, T. y Wolfgang, M. E. (1978). “La medición de la delincuencia”. Segunda edición. John Wiley & Sons.