Buenos días a tod@s.
Últimamente he estado poniendo en orden algunos apuntes que he ido recopilando a lo largo de los años, sobre las diferentes fuentes que puede usar un criminólogo, para obtener datos sobre criminalidad.
Como profesionales, se supone que nuestra labor principal es estudiar el crimen y el comportamiento desviado, y no voy a hablar de comportamiento criminal, primero para no repetirme tanto, y segundo, porque a los criminólogos también nos interesan los comportamientos de individuos que, sin llegar al extremo de incurrir en el delito, son preocupantes desde el punto de vista de la seguridad ciudadana o personal. Por lo tanto, la desviación también debe tenerse en cuenta a la hora de prevenir.
Ahora bien, el criminólogo es un científico, en tanto que necesita estudiar y analizar el fenómeno criminal mediante una aproximación científica, y para eso es necesario tener o poder desarrollar métodos elaborados de análisis de datos a gran escala (aunque eso dependerá del estudio que queramos llevar a cabo, pero vamos a ponernos en este hipotético caso).
Sin datos precisos no se pueden elaborar teorías explicativas acerca de la criminalidad, ni se pueden proponer medidas efectivas para su reducción y/o control. Además, sin esos datos tampoco se puede comprender la naturaleza o extensión del crimen (tipología y alcance), no se pueden realizar seguimientos de las tasas de criminalidad, ni medir los factores individuales o colectivos que influyen en ellas. Vamos, ¡lo que se llama un desaguisado!
¿Y qué hacemos? Pues primero conocer brevemente, las fuentes mediante las cuales podemos obtener esos datos (si la montaña no va a Mahoma…