He estado apurando los últimos días de vacaciones que tenía, pero vuelvo con otro artículo para el blog ‘Criminología y Criminalística’, que he titulado Criminología electrónica.
La verdad es que quizá no sea el mejor título de todos, pero con él quiero enfatizar la importancia que están adquiriendo las nuevas tecnologías, las nuevas formas de comunicación (sobretodo WhatsApp y redes sociales), así como el ocio digital, a la hora de reconstruir las últimas horas de una persona antes del hecho criminal.
El caso que estamos llevando el equipo de criminólogos de Dacrim me está enseñando lo importante que es saber hacer un buen volcado de datos, un buen análisis de llamadas entrantes y salientes, mensajería instantánea y de algo más relevante si cabe: saber realizar una reconstrucción completa de navegación en Internet y actividad en un ordenador.
Otro tema que está directamente relacionado con este artículo y que creo que traerá mucha cola, es la implicación que pueden llegar a tener los videojuegos en la investigación de un hecho criminal (y no, no me refiero a los tópicos televisivos de jugadores que cometen crímenes). En cuanto tenga la oportunidad, escribiré largo y tendido sobre este tema, ¡palabra!