Buenos días a todos.
Mientras sigue la huelga de técnicos instaladores de ADSL, me las ingenio para publicar hoy otra nueva entrada para la serie ‘Personajes’; eso sí, antes permitidme una breve (lo prometo) reflexión.
Se acercan las elecciones municipales de Madrid, y de las generales nos separan unos pocos meses, por lo que el panorama político está más revuelto de lo habitual. Si hay algo seguro es que nuestros nuevos dirigentes (sean nuevos de verdad o no tanto) van a tener que enfrentarse a muchos problemas, y por supuesto entre ellos siempre podemos encontrar la criminalidad y la Justicia, por lo que el otro día me puse a pensar en lo que nos gustaría a los criminólogos -y a tantos otros profesionales- tener un Ministro de Justicia concienciado de verdad con este tema y con las dificultades que entraña, o al menos ducho en temas jurídicos, penitenciarios y sociales… Al fin y al cabo, si la criminalidad es un problema social, ¿no sería lógico que también tuviéramos una Justicia social? Hablo por supuesto de una Justicia y un Sistema Penitenciario pensado por y para las personas, en las que no todo sean penas, multas e indemnizaciones.
Me da la impresión (lo mismo son cosas mías, ¿eh?) de que nunca hemos tenido un Ministro de Justicia que se preocupe por exprimir al máximo la justicia restaurativa, la mediación, las resocialización y la reeducación de las personas que están en prisión, y que han de salir el día de mañana. O quizá sí existió ese Ministro…
Hoy quiero hablaros de Mariano Ruiz Funes, que seguro que también tenía sus cosas, pero no se puede negar que dejó una huella tanto en la Criminología española, como en la mexicana.