Hoy me gustaría mucho hablaros de un interesante proyecto de prevención en el que he tenido la suerte de poder participar como criminóloga, y del que no he hablado mucho hasta ahora, quitando algunas breves notas en redes sociales.
En agosto del año pasado, el Ayuntamiento de las Palmas de Gran Canaria puso en marcha el »I Plan Municipal Contra la Violencia y Promoción de la Seguridad en el Deporte Base», una iniciativa detrás de la cual ha estado mi compañero criminólogo canario Javier Raluy Marrero, al que muchos quizá conozcáis también por haberse creado un nombre en el mundo de la prevención de la violencia en el deporte, tras muchos años de esfuerzo y constancia. Si queréis saber más sobre él, os invito a leer la entrevista que tuvo la amabilidad de responder para el Proyecto MEC, como Presidente de la Asociación Sport Seguridad A.C.
Antes de entrar en harina, me gustaría contar la historia de cómo conocí a Javier, porque tengo muy buenos recuerdos de aquella época, y porque ya sabéis que me encanta contar anécdotas ‘criminológicas’ 😉 (si queréis saltaos esta parte, ir directamente donde pone ‘El Proyecto’)
Bien, pues corría el año 2008, ¡un gran año para la Criminología en España! porque Barcelona fue la ciudad elegida para acoger el «XV Congreso Mundial de la Sociedad Internacional de Criminología«. ¿Alguno de vosotros asistió? Fue una semana muy intensa de ponencias la mar de interesantes, un ambiente buenísimo, y la posibilidad de conocer a grandes criminólogos del panorama nacional e internacional. Allí saludé en persona a Vicente Garrido (que tuvo la amabilidad de participar como entrevistado en mi trabajo de fin de carrera), me presentaron a Tony Peters (que en paz descanse) y a Ezzat Fattah, y me reencontré con viejos conocidos del gremio.
Acudí al congreso con algunos de mis compañeros de la Universidad Camilo José Cela, ¡e incluso con profesores y el Director de la Carrera! Fue una experiencia que nunca olvidaré… personad el arranque de nostalgia; ya sigo.
Uno de los días había una ponencia de David Farrington (al que seguro que muchos conocéis) en un salón de actos enorme (creo que el más grande que había), que la gente esperaba como agua de mayo; y es precisamente en este ambiente de gran expectación ante la citada ponencia del señor Farrington, cuando me entero por una compañera de la Licenciatura (mil gracias Elvira), de que a la misma hora, en una pequeña aula al otro extremo del edificio, daba una ponencia un canario llamado Javier Raluy Marrero, sobre la prevención de la violencia en el fútbol… Y me dije, ‘venga, vamos a invertir en «producto nacional», a ver qué es lo que se hace por Canarias’.
Tengo que decir que quedé impactada tras ver todo lo que había hecho Javier, y cómo se había especializado como criminólogo, en un área que por aquél momento a mi me parecía tan residual. Presentó investigaciones que había llevado a cabo en canarias, con especial atención a la violencia sufrida por los árbitros en categorías de fútbol base y regional, y he seguido su trayectoria desde entonces, porque como profesional independiente de esta ciencia, considero que puede ser un ejemplo a seguir para muchos de nosotros.
El Proyecto
Ahora sí. Diez años después de conocer a Javier Raluy y su campo de aplicación de la Criminología, tuve la oportunidad de trabajar junto a él, el año pasado en este fantástico proyecto de prevención de la violencia en el deporte.
Básicamente me encargué de desarrollar y diseñar una tabla de recogida de datos, y un modelo de encuesta de victimación / autodenuncia para cuantificar la violencia e inseguridad en diferentes encuentros deportivos. Ahí estuvimos, codo con codo, hasta conseguir adaptar esos modelos para que el personal no cualificado (que no son criminólogos) pudiese emplearlos de forma efectiva, en los campos e instalaciones deportivas del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria (esa recogida de datos siempre estuvo coordinada por un criminólogo, responsable del equipo de campo que visitaba las instalaciones).
En los modelos se recogen insultos, menosprecios, agresiones o amenazas… y la idea es elaborar un pequeño documento o informe cuantitativo con todos los datos recogidos, que muestre en qué deportes y en qué categorías hay una mayor incidencia de la violencia, de qué tipo es esta, contra quién se ejerce y por quién, y un largo etcétera.
¿Y para qué va a servir todo esto? Pues para valorar, entre otras cosas, la creación (y continuidad en el tiempo) de un Observatorio de la Violencia en el Deporte a nivel municipal, pionero a nivel nacional y uno de los pocos a nivel internacional, al menos con base criminológica. El observatorio estaría integrado en el citado plan municipal y una de las funciones de este observatorio, además de elaborar estadísticas propias en base a las citadas encuestas, es ofrecer asesoramiento legal, criminológico, y psicológico a las víctimas de la violencia en el deporte en Canarias (así ha sido durante los cuatro meses de ejecución del proyecto piloto).
Lo que más increíble me parece de todo, es que este plan contra la violencia en el deporte es un proyecto integral, en que se dan la mano la prevención, la Criminología, la educación, y la participación activa de la ciudadanía (niños, padres y madres, deportistas, entrenadores…).
Ha sido muy enriquecedor trabajar con Javier Raluy, y poder diseñar desde cero esa encuesta y tabla de recogida de datos, ya que ha sido una experiencia muy instructiva, y me ha hecho especial ilusión por ser algo que no había hecho hasta ahora en materia de prevención criminológica.
¿Y en qué punto estamos ahora?. Pues, el proyecto piloto llegó a su fin y toca hacer balance, algo que no suele ser muy común en la política municipal, acostumbrada a adoptar decisiones, renovar o eliminar servicios de manera sistemática, sin un mínimo análisis de lo realizado y de los logros alcanzados. Un final al que le precedió la aplicación de alrededor de 50 encuestas que nos dejaron datos tremendamente ilustrativos de la realidad objeto de estudio, y del valor del pionero proyecto integral que no sólo estaba orientado a prevenir, sino que también buscaba atender las demandas de las víctimas.
No obstante, no todo es tan bonito como lo pintan, y tras meses (y más de dos décadas interesado en la materia) de trabajo invertidos en el proyecto del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, Javier está encontrando dificultades varias.
Una de ellas, el silencio del propio Gobierno de Canarias y de su Dirección General de Deportes. La nueva Ley Canaria del Deporte está a punto de aprobarse, pero sólo la asociación que Javier preside ha hecho hincapié en el aspecto de la prevención de la violencia y promoción de la seguridad; a pesar de ello y de la contrastada experiencia del criminólogo canario y de la asociación Sport Seguridad A.C., el Gobierno de Canarias no ha formulado ni la más mínima consulta a este colectivo especializado, algo que podría ser catalogado como absolutamente negligente cuando de política se trata. Por otro lado, el Cabildo de Gran Canaria ha decidido prescindir de la Asociación Sport Seguridad A.C, la única en la isla especializada en seguridad y deporte.
Ya casi en el tercer año de la legislatura, el Instituto Insular de Deportes (IID), órgano dependiente del citado cabildo, no ha atendido las reivindicaciones de la asociación, y tampoco ninguna de sus propuestas para lograr un ‘DEPORTE+SEGURO’ en Gran Canaria. El Instituto Insular de Deportes del Cabildo de Gran Canaria ha optado por una opción más populista, nada especializada y nada profesional (desde el punto de vista científico): la de la Asociación de Exjugadores de la UD Las Palmas, “viejas glorias” del fútbol local que darán charlas por clubes y asociaciones varias.
Nadie discute el valor de la experiencia de esos viejos jugadores, jubilados ya en muchos casos, pero no parece un recurso muy profesional cuando de violencia se trata. También han preferido contratar a unos jóvenes psicólogos deportivos (por su juventud, puede entenderse que con una experiencia mucho más limitada que otros profesionales de la psicología deportiva), para dar charlas a clubes deportivos de la isla, eso si, a un número de clubes que podemos contar con los dedos una de nuestras manos, iniciativa que se aleja del plan integral propuesto por la Asociación Sport Seguridad A.C., compuesto por un equipo multidisciplinar (con todos mis respetos a esos psicólogos deportivos, que estoy convencida de que realizan un estupendo trabajo). Sería muy deseable que un criminólogo experto en esta materia, como ha demostrado ser Javier, tuviera la oportunidad de formar parte de ese equipo, para ofrecer el asesoramiento criminológico en materia de prevención, del que tanto se ha nutrido y se nutre el proyecto.
También sería estupendo que este proyecto madurase y prosperase, y se implantase en otros ayuntamientos de la península, ya que la violencia en el deporte es merecedora de mucha más atención de la que creemos; no sólo genera victimación, lesiones y daño emocional de diferente tipo a personas, sino que también genera pérdidas y daños materiales en las instalaciones deportivas, generando un gasto innecesario a los clubes, que en muchos casos, no pueden asumir los costes de reparación o invertir en seguridad tanto como desearían (esto lo vemos especialmente, en el caso de clubes de categorías inferiores, instalaciones deportivas municipales, etc.)
En lo personal, me encantaría volver a formar parte de un proyecto así, y creo que los criminólogos tenemos mucho que decir en cuanto a planes de prevención, campañas de concienciación, y educación y reeducación de las personas implicadas en algún tipo de violencia en el deporte (víctimas, agresores, público asistente, directivos de clubes, deportistas, personal de cancha, árbitros, etc.)
Referencias:
- Os dejo un link a un vídeo donde se puede ver la presentación del proyecto, por parte del concejal de Deportes del Consistorio de Gran Canaria, Aridany Romero, y el criminólogo Presidente de la Asociación Sport Seguridad A.C., Javier Raluy
- Aquí podéis consultar la web oficial del proyecto.
- La cuenta de Tweeter oficial de Sport Seguridad A.C.
- Todos los carteles empleados para ilustrar este artículo, pertenecen al Observatorio de la Prevención de la Violencia en el Deporte de Canarias.