Hoy sí que he usado el método del sorteo para elegir al tipo sobre el que hablar en esta serie de ‘Personajes’ y ha tocado uno de mis favoritos (no ha habido tongo, ¡lo juro!): Lacassagne, o como a mi me gusta llamarle, ‘el del cultivo’.
Está anécdota viene de una clase que di en 4º de carrera con Ponce de León. Yo tenía la costumbre de sentarme en primera fila para ver bien la pizarra y las diapositivas, aunque lo malo era que el profesor siempre que preguntaba algo miraba a los de la primera fila… Aquél día con Ponce de León se me quedó grabado que Lacassagne era ‘el del cultivo’ porque me preguntó si yo conocía lo que decía Lacassagne. Como respondí bien, nos pusimos a hablar de su teoría microbiológica, y hasta ahora no lo he olvidado 🙂 Fue una clase muy entretenida y esa teoría es muy interesante, así que vamos al tema que nos ocupa…
Alexandre Lacassagne nació en la región de mediodía-pirineos (os juro que se llama así, no es broma) llamada Cahors, en el año 1843. Se convirtió en médico gracias a la Escuela Militar de Estrasburgo y se especializó más tarde en toxicología.
Al parecer siempre albergó interés por explicar el crimen, y una de las primeras cosas que hizo tras ser nombrado catedrático de medicina legal de la Universidad de Lyon, fue fundar una revista llamada «Archivos de antropología criminal». Dicen que uno de sus asistentes por aquella época era Locard (de éste hablaremos otro día, que fue quien dijo aquello de «todo contacto deja un rastro»). La lista de aportaciones que hizo Lacassagne al mundo de la Criminología y la Criminalística es inmensa; por ejemplo, para éste último campo, él fué uno de los primeros en estudiar los patrones de las manchas de sangre y las estrías en las balas.
En 1885 se fundó la ‘Escuela criminológica de Lacassagne’, que era, por decirlo de alguna forma, la principal competidora de la ‘Escuela criminológica de Lombroso’. Aunque Lacassagne también se interesó por las teorías biológicas que explicaban la predisposición para delinquir, también le interesaba la sociología y la psicología, por lo que no se contentó con las explicaciones lombrosianas del fenómeno criminal y fue un paso más allá: para Lacassagne, el criminal podía tener una predisposición biológica, pero su entorno y relaciones sociales eran factores indispensables. Es por eso que elaboró su teoría microbiológica del crimen, en la que viene a decir que el criminal es un microbio que germina sólo cuando su entorno social es un caldo de cultivo favorable para ello.
También dijo cosas que debieron levantar ampollas en la época (y creo que las pueden seguir levantando todavía), como que «la justicia encoge, la prisión corrompe y cada sociedad tiene la delincuencia que se merece«. Lacassagne intentó cambiar la política criminal de la época y fue uno de los primeros que se alzaron en contra de la pena de muerte, en 1906. También divulgaba otras ideas constructivas, como por ejemplo que al delincuente hay que sacarlo del ambiente nocivo que le insta a delinquir y ofrecerle una nueva educación.
En cuanto a la prevención del delito, Lacassagne proponía cosas como luchar contra la pobreza (especialmente la infantil) y las desigualdades sociales, rehabilitar a los presos y prevenir el alcoholismo y la drogadicción.
A lo largo de su vida publicó más de diez libros dedicados íntegramente a desarrollar sus teorías criminológicas y desarrolló mucho el concepto de predisposición a la delincuencia al tener en cuenta los factores sociales y ambientales, así como la pobreza o la educación.
Como se puede aprender tanto con ese blog, gracias.
Gracias a ti 🙂
Reblogueó esto en criminologiainvestigativay comentado:
Toda una inspiración…