Otro lunes más, y yo vuelvo a la carga con la teoría de las ventanas rotas, pero esta vez en forma de artículo para Criminología y Criminalística; se ha publicado la semana pasada en dos partes, que os pego aquí en un bloque 🙂
En la imagen se pueden ver dos ejemplos que trato en el artículo; arriba, una obra del conocido como ‘pintor dorado’, y abajo un DIY (do it yourself) para convertir una cabina telefónica en una biblioteca.
Nuevas Soluciones Para Viejas Ventanas Rotas
Según la teoría de las ventanas rotas, el deterioro y mal estado del mobiliario urbano, así como de los espacios en los que vivimos, generan conductas poco cuidadosas o incluso vandálicas, mientras que cuando nos encontramos ante un ambiente cuidado y limpio, donde todo parece tener una utilidad o estar en funcionamiento, las personas se vuelven más respetuosas y proclives a mantenerlo en esas condiciones.
En el artículo de hoy me gustaría presentar dos ejemplos que suponen una respuesta novedosa para viejos problemas que están presentes en todas las grandes ciudades: el mobiliario urbano que ya no resulta funcional o el que está deteriorado por la acción u omisión del hombre. Hay dos casos concretos en España donde se pueden observar tanto los problemas acerca de los que habla la ‘Teoría de las ventanas rotas’, como las nuevas soluciones que están surgiendo gracias a iniciativas ciudadanas; y es que no siempre es necesaria una intervención por parte del Estado, del Ayuntamiento o de los servicios de limpieza para mejorar los espacios urbanos…
1) El caso de ‘El pintor dorado’: a mediados del pasado mes de abril, era detenido en Málaga un joven, hasta entonces anónimo, conocido por los lugareños y los medios de comunicación como ‘el pintor dorado’.
Se trataba de un artista independiente veinteañero, que como muchos otros, comenzó su obra en la clandestinidad. Ante la crisis económica, este joven decidió comenzar a pintar mobiliario urbano de dorado para hacer reflexionar a la gente sobre la posibilidad de convertir cualquier objeto cotidiano en un tesoro o en algo valioso. El gran acabado de sus obras hizo que los vecinos comenzaran a apreciar las papeleras, bancos y contenedores que antaño estaban llenos de suciedad y grafitis poco estéticos. Aunque fue pillado infraganti en varias ocasiones, el pintor dorado no fue denunciado por ningún ciudadano, e incluso en una ocasión recibió felicitaciones por parte de una anciana de la localidad donde actuaba.
Cuando se produjo su detención por parte de la Policía Local, las redes sociales se llenaron de protestas a favor del joven, se iniciaron campañas de firmas para que lo dejaran en libertad, e incluso aparecieron objetos pintados de dorado en diferentes puntos de España a modo de reivindicación.
Tras pagar una multa y ser puesto de nuevo en libertad, el artista ofreció sus servicios a cualquier Ayuntamiento interesado en mejorar el aspecto de su mobiliario urbano.
Este es un claro ejemplo de mejora de determinados elementos urbanos (apunto que el artista no pretendía pintar todas las papeleras, bancos o fuentes de la ciudad, sino sólo los más deteriorados, para hacerlos destacar frente al resto), al mismo tiempo que es una iniciativa que aboga por integrar en las ciudades el conocido como arte urbano, que en otros países es muy valorado tanto por sus ciudadanos autóctonos como por los turistas (véase el ejemplo del graffiti en Oporto, ciudad que se ha convertido en la meca europea para muchos artistas callejeros).
2) El caso de ‘Esto es una biblio’: Son muchas las viejas cabinas telefónicas que han caído en desuso en las ciudades, ante la llegada de los teléfonos móviles. Muchas de ellas ya ni siquiera albergan teléfonos o éstos están inservibles, fruto de la falta de mantenimiento y el vandalismo.
Hace unos meses surgió una iniciativa ciudadana que aboga por convertir estos espacios vacíos o inútiles en bibliotecas urbanas, donde cualquiera puede tomar prestado un libro o llevar los que quiera donar. Es una manera de aprovechar un lugar que ya no tiene el uso que le corresponde pero sigue contando con una estructura resguardada de los elementos, y en muchos casos, hasta cuenta con iluminación nocturna.
Por desgracia, una iniciativa solidaria que abogaba por darle sentido a esas cabinas abandonadas, y que acercaba la lectura a cualquier viandante, ha sido boicoteada por Movistar, empresa responsable y dueña de dichas cabinas: muchas de ellas se tapiaron y otras se están retirando (libros incluidos), hecho ante el cual los vecinos han iniciado campañas de recogida de firmas para poder continuar intercambiando libros.
En muchos casos, las cabinas transformadas estaban rotas y ya no tenían teléfonos, con lo que la metamorfosis hacia una biblioteca no ha generado un daño a la estructura, sino una mejora. Por el contrario, las cabinas tapiadas, ahora constituyen un elemento discordante con el paisaje urbano, ocupando un espacio vital en muchas zonas céntricas de las ciudades, como columnas inertes a las que el ciudadano no puede dar ningún uso.
Es importante apreciar aquellas iniciativas ciudadanas que no generan un mayor daño o deterioro sobre el entorno urbano, sino que por el contrario, lo mejoran, son apreciadas por los vecinos y ayudan a reducir su mantenimiento por parte de las empresas de limpieza o los Ayuntamientos. Imaginemos también, en el caso del segundo ejemplo, el coste prácticamente nulo de mantener las cabinas como bibliotecas, y el coste que genera la retirada o tapiado de las mismas.
Tenemos un largo camino que recorrer en cuanto a empoderamiento ciudadano se refiere, ya que son esos vecinos, artistas urbanos, jóvenes con ideas o personas implicadas en mejorar sus ciudades los que pueden ayudar a reparar esas ‘ventanas rotas’.
No siempre es necesaria una intervención externa para conseguir mejorar el ambiente de un barrio o ciudad, sino que a veces es el propio habitante el que se adelanta, el que conoce las necesidades y vulnerabilidades del lugar donde vive. Escuchemos pues a esos ciudadanos que tienen ideas constructivas que aportar, porque ellos son, en última instancia, los responsables de generar y mantener espacios urbanos cuidados y prácticos.