En junio de 2023 falleció Juan Sarmiento-Marín de León, gran criminólogo canario y excelente profesor. Aunque supe de esta noticia el pasado mes de diciembre, no quiero dejar de rendirle un homenaje (que no es el único), que es citando varias aportaciones que hizo a la criminología en España… y para quien las quiera conocer allá donde esté, ya que elaboró diferentes planes de estudios, objetivos de futuro y un completo perfil profesional del criminólogo apoyado por grandes criminólogos internacionales como Ezzat Fattah (de la Universidad Simon Fraser de Vancouver, Canadá) y Tony Peters (catedrático de la Universidad de Ku Leuven de Bélgica, que nos dejó en 2012 y llegó a ser presidente de la Sociedad Internacional de Criminología).
Vamos a empezar por la parte de la educación y la docencia de la criminología, y es que Juan Sarmiento supo elaborar, desde cero, todo un plan de estudio con troncalidad criminológica. ¿Qué quiere decir esto? Pues que la criminología era la materia central en torno a la cual se configuraban el resto disciplinas con las que comparte objetos de estudio, habiendo más asignaturas de criminología que de ninguna otra materia. «Como debe ser», pensaréis. Y, sin embargo, es algo que en la actualidad es casi imposible de encontrar. He estudiado criminología en tres universidades diferentes a lo largo de 5 años, y puedo asegurar que el plan de estudios propuesto por Juan Sarmiento es el que más carga lectiva exclusiva de criminología tenía.
Destacaba la asignatura de «Propedéutica criminológica» que, para quien no lo sepa, es la parte aplicada de la criminología, donde se aprendían todos sus procesos y usos prácticos, así como a elaborar todo tipo de análisis, estudios, planes e informes tan necesarios en el ejercicio profesional. Era una asignatura basada al 100% en la práctica profesional y enfocada en cualquier ámbito en que pudiera desempeñarse el criminólogo, o sea, algo totalmente útil para enfrentarse al mercado laboral y a la vida real. Guardo sus casi 400 páginas de apuntes como oro en paño, porque además, se nos enseñaba a «defender» a la criminología de sus detractores, a identificar ataques sin fundamento, mitos y falsas realidades sobre su parte teórica y práctica, algo que, desde hace ya mucho tiempo, se ha perdido para siempre en lo que a planes de estudio de Criminología se refiere.
Juan Sarmiento llegó a fundar su propio centro de estudios, conocido como ESCCRI (Escuela de Ciencias Criminológicas), y tuve la suerte de estudiar con su plan de estudios, allá por 2004, en la Diplomatura de Criminología de la Universidad Francisco de Vitoria (más tarde, terminé mis estudios con la Licenciatura de la Camilo José Cela, bajo la atenta dirección de Ángel Ponce de León). Digo suerte porque verdaderamente era un plan de estudios excelente, que me preparó mucho para ser la profesional que soy hoy. Y algo bueno debía tener (además de que el 60% de mis profesores eran criminólogos ejercientes) porque todos los alumnos de la ESCCRI que conozco y he conocido han llegado a ejercer la profesión en entornos donde se necesitan criminólogos; en muchas ocasiones, incluso abriéndose camino allí donde antes no nos admitían.
Respecto al ámbito laboral, Juan Sarmiento también supo cómo crear puestos de trabajo para lograr una colocación 100% criminológica de sus alumnos, es decir, crear puestos de trabajo específicos para el criminólogo, y no acabar trabajando de cualquier cosa en cualquier parte, lo que no garantiza, a la larga, que podamos diferenciarnos de otros profesionales. Así, se crearon puestos en oficinas de asistencia a las víctimas del delito, seguridad pública y privada, prisiones, centros de atención al menor, drogodependencias, servicios sociales… Y, en abril de 2002, el propio Gobierno Canario creó la especialidad de Criminología en los cuerpos de funcionarios de la Administración de la Comunidad Autónoma. Es fácil comprobar esta sobresaliente incursión laboral mirando las dilatadas carreras profesionales de los egresados de la ESCCRI, a través de portales como LinkedIn.
En el ámbito de la criminología aplicada, siempre me gusta poner como ejemplo la hazaña que logró Juan en Santa Lucía (Gran Canaria), diseñando un sistema integral de seguridad municipal con el objetivo de reducir la criminalidad. ¡Y vaya si lo consiguió! Transformando totalmente uno de los municipios con más criminalidad de España y de Europa en el año 2005. Este trabajo fue presentado como comunicación en el XV Congreso Mundial de Criminología (celebrado en Barcelona en 2008), del cual tengo la suerte de tener una copia. El logro no solo fue por reducir considerablemente las cifras de criminalidad y cambiar su tendencia, sino también por la coordinación de todos los agentes implicados: alcaldía, vecinos, comisiones técnicas, policía local y Guardia Civil, protección civil, Cruz Roja y emergencias, observatorios de seguridad, programas específicos de prevención. ¡Y todo esto bajo la coordinación de un criminólogo! Sarmiento creó para llevar a cabo este hercúleo trabajo la Oficina de Prevención y Seguridad Pública (OPSP) de Santa Lucía. Creo que esto es verdaderamente predicar con el ejemplo: del buen saber y del buen hacer criminológico. Algo a lo que aspirar.
Evidentemente, no fue su único trabajo «de campo» como criminólogo. En el terreno de la divulgación y las publicaciones organizó innumerables congresos y jornadas internacionales, a las que asistían, como he dicho al principio, grandes de la criminología internacional como Tony Peters, Ezzat Fattah y muchos otros. Solo por poner en perspectiva el nivel al que llegó Canarias en materia de criminología, por la labor de personas como Juan Sarmiento, sabed que el primer congreso de Criminología que se celebró en España (del cual tengo la suerte de tener el programa original en papel) fue en Las Palmas de Gran Canaria en 1986. Y es que Canarias estuvo a la vanguardia de la criminología española durante muchos años (véase el titular de la siguiente noticia de 1996):
Y esta otra noticia, también relacionada con lo anterior:
Respecto a las publicaciones de Juan Sarmiento, son muchas y variadas, pero me gustaría destacar su extenso manual de criminología que es, en realidad, un conjunto de tres tomos, cada uno de ellos dedicado a una parte de esta ciencia: Diagnóstica, Aplicada y Curricula-Professio. En estos libros no solo se enseña todo lo que tiene que ver con la criminología desde el punto de vista teórico-prácticos, sino que también se reflexiona sobre los límites y funciones más útiles para la sociedad que tiene la criminología, cómo se diferencia y en qué de otras disciplinas (o ramas, como la psicología criminal) y, en definitiva, cómo ser un criminólogo competente para encontrar trabajo sin necesidad de tener un «apellido», otra carrera en la que apoyarse (pues no es necesario, digan lo que digan ciertos «expertos»). Juan Sarmiento siempre fue un fiel defensor de ser «criminólogo puro», porque es la única manera de garantizar que lo que se ejerce es esta profesión y no otra, de crear puestos de trabajo específicos para criminólogos que ningún otro profesional puede ocupar. Este ha sido mi camino, he conseguido ejercer no solo la criminología, sino la que hoy día es mi especialidad (CPTED), y no me arrepiento de haberlo seguido y de haberlo peleado.
A título personal, el mayor legado que me ha dejado Juan Sarmiento, no es solo su conocimiento y su ejemplo, sino el haberme dado las herramientas para hacer posible la que hoy es mi profesión. No fue un acto de fe; fue un acto de rebeldía, de esforzarse por un «imposible» (según muchos) con una brújula muy bien diseñada con la que guiarse. Sobre la persona de Juan (con quien me alegro enormemente de haber coincidido en esta vida) podrían escribirse libros; sobre las aventuras y desventuras que vivió para sacar adelante su proyecto de criminología en España, sobre los muchos enemigos que hizo por el camino, pero también sobre las muchas personas que llegaron a ejercer esta profesión gracias a su mentoría y que hoy le recuerdan con cariño. Pero yo aquí quería hablar de sus aportes y, aunque sé de buena tinta que me dejo muchos, creo que es un buen resumen para quién no le conoció. Allá donde estés, mil gracias maestro.
Excelente artículo, totalmente de acuerdo con la autora.
Gracias por leerlo, Luis.