Recuerdo que hace años, cuando aún era estudiante de Criminología, se hacía hincapié en una frase que quizá habéis oído alguna vez: “la Criminología tiene nombre de mujer”. Con ella se hacía alusión al hecho de que las mujeres engrosaban las listas de estudiantes de esta carrera (al menos en España, durante los inicios del título oficial).
Aunque no me considero feminista en los términos en los que esta palabra se emplea actualmente, hay algo que valoro mucho de mi carrera, y es la posibilidad de haber tenido influencias masculinas y femeninas por igual. Tuve profesoras que eran un portento, sin importar su edad o la especialidad de la que viniesen, y también he tenido la suerte de conocer a criminólogas egresadas, y profesionales, con las que puedo intercambiar opiniones y experiencias.
Todas estas “mujeres de la Criminología” me han hecho crecer intelectualmente igual que mis profesores masculinos. Creo que es una suerte haberme encontrado con tantos referentes de ambos sexos, o tan bien distribuidos, porque algunas carreras y profesiones aún se consideran “de hombres”. Yo no creo que exista tal cosa; creo que las mujeres y los hombres que viven en mi sociedad tienen la posibilidad de elegir libremente –lo cual es un gran privilegio que a veces olvidamos-, y pueden “hacer suya” una ciencia o disciplina como nunca antes se ha podido hacer. Todo es cuestión de empeño, dedicación, y amor por lo que uno hace, cualidades que puede desarrollar todo ser humano, independientemente de que sea hombre o mujer.
Así y todo, ahí va una pequeña confesión: hasta este mes nunca había leído a Agatha Christie. Sí, ya lo sé; no es ningún crimen, y parece que no tiene nada que ver con lo anterior, pero ya veréis como sí, porque, ¿cómo se suele llamar a Christie? “La dama del crimen” (aunque también llamaban así a Margarita Landi).
Lo cierto es que he disfrutado mucho con “Diez negritos” y “Asesinato en el Orient Express” (ya estoy deseando leer más libros donde salga Poirot), pero me gustaría enlazar esta anécdota con una reflexión a la que llegué tras recordar a todas las mujeres que me han enseñado e inspirado para llegar a la ser la criminóloga que soy hoy (¡y claro, Sra. Christie! Usted también puede ser una de ellas): existen muchas “damas del crimen” en nuestras vidas, y como –insisto- esto es una enorme suerte y hay que aprovecharla, pues qué mejor que profundizar en el papel de la mujer en la Criminología. No solo como maestra o como profesional; también como víctima y como victimaria. Hay una triple vertiente desde la que se puede abordar este tema.
Y ahí es donde aparece un evento que está organizando el Colegio de la Criminología de la Comunidad de Madrid para el 26 de abril de 2019 en Madrid, y que precisamente lleva por título “Mujer y Criminología”. Esta será la primera jornada, pero se prevé que se convierta en una cita anual para tod@s l@s interesad@s en conocer la realidad de la mujer desde la mirada holística de esta ciencia: como víctima, como victimaria, y como criminóloga.
Al evento acudirán multitud de personalidades del mundo de la Justicia, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de la Política… y por supuesto, de la Criminología, ya que entre las ponentes vais a encontrar caras conocidas del sector tocando temas de lo más interesantes. Para que lo veáis por vosotr@ mism@s, aquí os dejo el enlace a la web oficial, desde la cual podéis descargar el programa del evento y ver toda la información al respecto.
¡Nos vemos!
Excelente artículo.
Gracias 🙂
Recuerdo la frase como propia, aunque tal vez la copiara, hace muchos años, en alguna de mis clases.
Saludos cariñosos.
Ángel Ponce de León.
¡Pues sí! me cuadra perfectamente que usted la dijera. Un fuerte abrazo