Hoy os dejo el último artículo que he escrito para Criminología y Justicia, «Toros y osos».
No está precisamente dirigido a los amantes de los animales, aunque si eres criminólogo y te estás preguntando cuándo va a despegar de una vez por todas nuestra disciplina en España, igual lo encuentras interesante…
He escrito este artículo basándome en cosas que he aprendido el último año, pero sobretodo en mi experiencia personal como criminóloga.
El camino que he recorrido no ha sido fácil, pero la constancia y el hecho de mantenerme en movimiento han sido vitales para que este mes de enero, haya empezado a recoger los frutos del tiempo y esfuerzo invertidos; ¡porque precisamente se trata de eso! de invertir en Criminología, en la carrera que hicimos y la formación que tanto nos ha costado obtener.
Estoy hablando también de hacer un sacrificio por uno mismo, como profesional y como persona, y de darnos la oportunidad de dedicarnos a lo que realmente queremos.
Decidí estudiar Criminología cuando acababa de termionar el Bachillerato, y he tenido que responsabilizarme de esa decisión. Yo no quería que fuera una mala decisión o un error de esos que se cometen cuando eliges mal, así que me puse las pilas en febrero de 2014 e invertí TODO mi tiempo y TODOS mis recursos (que no eran muchos, por cierto) para darle sentido a esa decisión y convertir lo que hasta ese momento parecía una catástrofe, en algo productivo y con futuro.
Y aquí estoy: con cada vez más experiencia a mis espaldas y con trabajo como criminóloga (¡sí, en España, en plena crisis!).
Yo no sé vosotros, pero yo no pienso parar hasta ser una criminóloga como la copa de un pino, y tengo muy claro (cada día más) que se puede llegar muy lejos, pero para eso hay que creer y apostar por uno mismo.
No todo es una cuestión de pereza o de falta de tiempo (aunque creo que esos son impedimentos de mucho peso); a veces es una cuestión de creérselo y de querer algo de verdad, y de no parar hasta conseguirlo. Si os fijáis, en realidad es muy sencillo: NO SE PARA, hasta conseguir un resultado positivo, que demuestre que estamos en el buen camino y avanzando hasta nuestro objetivo.
Si te paras… en fin, nadie va a venir a tirar de tí, las cosas como son. O tiras de ti mismo y te animas como puedas, o nadie va a llamar a tu puerta para decirte «¡venga Señor Criminólogo, contratado!».
Para terminar, un regalito. Las 6 cosas que más me ayudaron a llegar donde he llegado:
– Se indiferente: eso no quiere decir que todo te de igual, sino que no debes esperar nada, ni bueno, ni malo. NA-DA. ¿Te sabes esa historia oriental que habla de ser como los muertos? Un maestro zen le dice a su discípulo que vaya a un cementerio e insulte a los muertos todo lo que pueda. ¿Qué te respondieron los muertos? – le pregunta el maestro cuando regresa -, Nada – dice el discípulo. Luego al maestro le dice que vuelva al cementerio y alague a los muertos. La respuesta, evidentemente, es la misma que antes: silencio sepulcral. El maestro le dice a su discípulo que así debe ser, indiferente a los insultos de unos y a los alagos de otros, como los muertos.
Que te importe un pito si abres un blog y publicas mucho y nadie te sigue ni te dejan comentarios; ese no es el fin, es sólo un indicativo de que la gente puede considerar interesante lo que dices. Nada más.
– Gana experiencia: pero no esperes trabajar para alguien para ganarla, ¡al menos no como criminólogo! Idea un proyecto sencillo, que puedas hacer solo, y HAZLO. No importa si pones dinero de tu bolsillo, no importa el tiempo, no importa el clima, no importa lo que piense o diga la gente, ¡hazlo como sea! Luego escribe un informe con el resultado y conclusión. Vas a ganar más experiencia así que esperando a que alguien te llame, ¡porque vas a esperar años, te lo digo yo!
Ah, y no tengas miedo de trabajar solo… cuando hayas pasado la vergüenza inicial y te hayas presentado a ciento y la madre con una frase como «Buenos días, mi nombre es X y soy criminólogo; estoy haciendo una investigación y estaría muy interesado en que participara», ya verás como se te pasa todo. Yo repetí esa frase más de 50 veces en 3 días en febrero de 2014… y la sigo repitiendo de vez en cuando. A mi me va bien 🙂
– Haz lo que nadie hace: ¡aunque sea una locura! Las locuras me han procurado cantidad de beneficios durante este año. Mira lo que se está haciendo (¡estás de suerte, porque es poco!), y elige algo para diferenciarte. Hay un aaaamplio abanico de posibilidades, desde proyectos hasta temas nuevos sobre los que escribir, pasando por crearte un estilo propio a la hora de hacer algo, ¡pero hagas lo que hagas, intenta que sea original y diferente!
Eso implica no copiar a los demás (que además de cutre, queda muy feo). La Criminología es MUY amplia, ¿no? ¡Pues que se note!
– Pregunta: sí, esto va a sonar a milonga de la Teletienda, pero es verídico: a veces haces una pregunta y la respuesta es SÍ. ¡Qué increíble! Pierde el miedo a preguntar para oir un «no». Es cierto que te dirán que no muchas veces antes de encontrar una respuesta positiva, pero llegará un momento en que te sorprendas de lo fácil que ha sido conseguir una afirmación. No se trata de ser pesado (aunque lo mismo a alguien le funciona), sino de tocar muchas puertas, porque a la fuerza alguna tiene que abrirse.
Es tan simple como que si te quedas muerto de miedo pensando en las negativas que vas a recibir, nunca recibirás un «sí». Cuestión de probabilidad. Palabra.
– Olvídate del dinero: vale, sé que hay mucha gente que si no saca beneficio económico no hace nada, pero esto está causando estragos en la Criminología (y seguramente en otros sectores). Aún estando en crisis y teniendo poco que ganar con trabajos tan cutres y precarios, hay otras cosas que se pueden ganar que no son dinero: experiencia, práctica, mejora de habilidades, compañeros de aventuras, colaboradores y colaboraciones interesantes, currículum, ser un referente en algo, y un largo etcétera.
El dinero para mi es un medio, no un fin. Es lo que me permite seguir haciendo lo que me gusta, porque no hago Criminología para hacerme millonaria (si ese fuera el caso, lo llevaba claro…). Puede ser un problema no tener ingresos durante un tiempo, claro, pero si te lo curras, llegarán, y podrás seguir dedicándote a la Criminología sin tener que hipotecar tu vida como camarero de planta (sigo sin entender porqué lo llaman así, ¡ni que hubiera que servirle cafés a un poto!).
– Supérate: algo clave que he tenido que estar haciendo durante todo el año para no quedarme parada es evitar a toda costa estar cómoda en un estadio de mi desarrollo profesional. El ser humano es perezoso por naturaleza; nada más encuentra un momentito de paz o una situación donde puede desentenderse… ¡se apoltrona! Así que haz lo que sea para ir a más. Según te acostumbres a un ritmo o a una situación, haz algo para no quedarte estancado.
No hay que estresarse, pero es muy importante mantenerse estimulado y motivado. Introducir nuevos retos poco a poco o aumentar el número de actividades a las que te dedicas en Criminología es una buena idea. Quizá te sirva tener un calendario de pared y apuntar las tareas y proyectos que emprendes, los artículos que has publicado, los tinglados en los que te has metido… al terminar el año lo miras y te das cuenta de que has ido poco a poco hacia algo más grande. Y así es como debe ser.
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Quizá sean unos consejos muy típicos, pero a mi me han funcionado, y ahora mismo estoy en el punto exacto en el que quiero estar, sin haber cumplido aún un año desde que empecé a moverme para convertirme de una vez por todas en la criminóloga que siempre he querido ser.
Aún me queda mucho camino por recorrer, pero lo bueno es que no importa en qué dirección camine, porque sé que hay millones de kilómetros de suelo en este mundo 😉