Hoy publico otro artículo de Iván Rodríguez, con permiso del señor Vucetich, al que le debo una entrada para la serie ‘Personajes’ desde la semana pasada (tendrá que esperar unos días más, ¡que el trabajo se me acumula!)
Mientras tanto, si os interesa la documentoscopia, os gustará este artículo, que además está muy bien ilustrado. Os recomiendo leer los anteriores haciendo clic en la etiqueta ‘Documentoscopia’, que podéis ver en el menú de la izquierda. ¡Allá va!
Este es un pequeño repaso a un sistema de impresión que con los años ha ido desapareciendo, hasta encontrarse hoy en día englobado entre los “oficios muertos”. Últimamente ha resurgido como una moda postmoderna venida desde USA y con un marcado carácter vintage; a diferencia de su etapa industrial, hoy en día son los estudiantes de bellas artes los que han retomado las viejas técnicas de impresión tipográfica.
Ejemplo de impresión con polímero. Aquí vemos la forma sujeta en su rama, en pleno entintado. Si nos vamos a encontrar algo de impresión tipográfica reciente en cualquier impreso será al 90% de este tipo:
Es una capa plástica fotosensible que se obtiene en una insoladora UV con el motivo que nos parezca. Más tarde, el polímero se adhiere sobre una base y se sitúa en la rama. Son muy similares a las planchas flexográficas, que también se realizan sobre polímero. Su superioridad tecnológica sobre el material tradicional en plomo es evidente, porque estas “formas” se pueden generar desde un ordenador. Antiguamente, este tipo de trabajos había que grabarlos a mano o tallarlos en madera. Un ejemplo de un trabajo de edición lo tenemos aquí:
Lo más conocido por la gente, lo que le viene a la cabeza cuando le hablas de una imprenta, son los tipos móviles, probablemente por efecto de las películas y los estudios sobre la imprenta en la escuela, que se limita a Gutenberg y poco más. Aquí tenemos el ejemplo de una tipografía distribuida en un cajón de chibalete, que es el armario donde se guardan los tipos de plomo:
Aquí tenemos un ejemplo de impresión tipográfica tradicional montados en la rama y apoyados sobre una pletina, que es una herramienta indispensable en un taller tipográfico:
Ahora, un formato nuevo: la linotipia. No son tipos móviles ni polímeros. Si encontramos este tipo de impreso, muy usado en los libros antiguamente, probablemente estemos viendo un impreso realizado antes de los años setenta. Actualmente, no conozco ninguna activa en Euskadi. La última se desmanteló en la Escuela de Artes Gráficas de Bilbao, y tuve la oportunidad de trastear brevemente con ella en los años noventa, durante mis estudios de artes gráficas . Era una pieza de museo, pero funcionaba perfectamente. Actualmente ya no está porque la desmantelaron hace años.
Se puede ver la diferencia con el polímero, en un trabajo de edición como el de la fotografía, aunque el producto final es muy similar.
Un ejemplo de linotipia; se puede observar que son líneas completas y no tipos independientes.
Debajo tenemos una linotipia. Generalmente, eran de manufactura inglesa.
En muchos impresos podemos observar numerados. En la impresión de seguridad se usa mucho, sobre todo en los cheques, aunque actualmente se realiza en láser. Hace años los numerados se elaboraban en tipografía con las numeradoras. En tipografía se las reconoce fácilmente porque el cambio de número se produce por presión, generalmente ejercida en el símbolo del «Nº». Cambian de número cada vez que el tímpano de la máquina impresora, una máquina de aspas o una plano-cilindro, presiona el símbolo del “Nº”, que también sale impreso. Aquí se ve perfectamente:
Y aquí trabajando en pleno entintado:
Una vez llegó el offset a las imprentas, la necesidad hizo que surgieran nuevas técnicas de numerado. La numeradoras que se usan en offset son diferentes. El mecanismo de cambio de dígito es a través de un brazo incorporado a la numeradora; éste pasa por un brazo acoplado a la máquina de impresión que mediante un mando cambia o no, según decida el técnico de impresión.
Sin embargo, la impresión también es mediante presión y genera un relieve en el papel. La calidad de impresión es menor que en las numeradoras tipográficas tradicionales ya que aquí no se pueden realizar «arreglos» en la cama de impresión; la impresión se ejecuta sobre el cilindro impresor de la máquina de impresión. Las numeradoras usadas en offset llevan un módulo de entintado independiente de la máquina y van en series de dos, cuatro, seis o más.
Me gustan muchísimo las máquinas de imprenta, sobretodo las antiguas. Me recuerda a la vez que visité la imprenta de un periódico cuando era pequeña y quedé fascinada 🙂
Gracias a Iván por este nuevo artículo de sistemas de impresión.
Como siempre, un placer aportar algo a un blog tan profesional.
Un saludo